Un día como hoy no malgastéis palabras
conmigo.
Porque la voz humana únicamente
es eficaz si encuentra
el cauce de un oído que quiera interpretarla.
Un hombre dice a otro:
- Detente,
y quizá
lo detenga.
Pero yo me pregunto:
¿quién le ordena
al viento apaciguarse?¿Quién puede
decirle al mar que cese en su marea?
¿Quién es capaz de detener un grito
a una piedra que cae desde lo alto?
Amargo como el mar,
y desatado
igual que un huracán e irremdiable
lo mismo que una piedra en su caída:
así es mi corazón.
Luego
dejadme.
Un día como hoy nada es posible,
y si es mi suerte lo que os preocupa
guardad silencio y esperad
que llegue
un nuevo día, con el alma en vilo.
Ángel González, Sin esperanza, con convencimiento.
Él pervivirá a través de sus versos... Evocarlos es un poco como no dejarle morir.
ResponderEliminar... X
Unánime en la blogosfera. La gente está tendiendo sus poemas como sábanas al sol.
ResponderEliminarLarga vida a todas esas hermosas palabras tan bién hiladas.