Reconstruir el mundo con pronombres
usar palabras que me sustituyan.
Encontrar una serie limitada
de perlas de sabiduría
que digan siempre y callen a un tiempo
sin que nadie pueda acusar de paso en falso o contradicción.
Aplacar las líneas y los labios
para hacer de la identidad
un cálido refugio
compartido con nadie.
Olvidar entonces el propio nombre
y volver a un origen que solo intuyo.
Nacida de la nada que me llama
acorde la carne con el fin
la anáfora me envuelve y protege
en el fondo de un mar cifrado.
Y poder ser quien quiero
puesto que nada quiero ser.
Diluirme quizás
entonar
un himno de pureza sin tormento.
Nada somos y en nada nos convertiremos.
ResponderEliminarBuenos versos, amiga: paradójicos, aliteradamente sinceros. Me gustó.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Antonio Medinilla
Hermosa forma de diluirte... como la bruma que todo lo envuelve.
ResponderEliminarX
Me desgarra leer unos versos tan siceros sobre aquello que deseamos sin atrevernos. Leerlos me trasladó a la busqueda de del protagonista de Into the wild. Te la recomiendo.
ResponderEliminarUna sonrisa
"y podre ser quien quiero/puesto que nada quiero ser"
ResponderEliminarme gustó, en estos tiempos del soy esto, lo oto, tengo otro, lo otro, la disolución y la integridad.
me gustó
desde argentina