viernes, 27 de junio de 2008

Miedo

Recuerda que no eres un cazador, porque tú mismo has rechazado siempre ese calificativo, y los felinos siguen al verdadero cazador, al olor a miedo y a verga parada que los cazadores auténticos emanan. Tú no eres un cazador. Muchas veces los habitantes de El Idilio hablan de ti llamándote el Cazador, y les respondes que eso no es cierto, porque los cazadores matan para vencer un miedo que los enloquece y los pudre por dentro. ¿Cuántas veces has visto aparecer grupos de individuos afiebrados, bien armados, internándose en la selva? A las pocas semanas reaparecen con fardos de pieles de osos hormigueros, nutrias, mieleros, boas, lagartos, pequeños gatos de monte, pero jamás con los restos de un verdadero contincante como la hembra que esperas. Tú los has visto emborracharse junto a los hatos de pieles para disimular el miedo que les inspira la certeza de saber que el enemigo digno los vio, los olió y los despreció en la inmensidad selvática (...).

¿De dónde vienen todos estos pensamientos? Vamos, Antonio José Bolívar. Viejo. ¿Bajo qué planta se esconden y atacan? ¿Será que el miedo ta ha encontrado y ya nada puedes hacer para esconderte¿ Si es así, entonces los ojos del miedo pueden verte, de la misma manera como tú ves las luces del amanecer entrando por los resquicios de caña.

Luis Selpúlveda, Un viejo que leía novelas de amor

4 comentarios:

Erredé dijo...

Gracias por devolverme el recuerdo de ese libro maravilloso

Sibyla dijo...

Me has despertado curiosidad, y he indagado sobre el autor chileno y su obra.
El miedo es una de las cosas más paralizantes...
Es interesante que "el viejo", dedicara su tiempo muerto en la selva, leyendo novelas de amor, y así lo redescubriera.

Siempre odié en la selva, la figura del "cazador sicario y mercenario", que no respeta las leyes de la sabia naturaleza.

Un abrazo enorme Cure, y que seas feliz!!

rata perezosa dijo...

¿Cazar animalillos selváticos? No, hombre, no. Que se vayan con Onán por ahí de cachondeo y que les explique otras maneras de gastar su tiempo.

Strawberry Roan dijo...

Curiosamente, si me desligo de la novela de Luis Sepúlveda, el primer párrafo me ha hecho pensar en los hombres que misteriosamente desaparecen en la "selva" de Montjuïc de Barcelona en busca de su presa para actos inconfesables...
Por otro lado, Sepúlveda es un crack!!!

Saludos