Todos esos papanatas de la burguesía, de cuya boca solo salen palabras como "deshonesto, deshonestidad, honestidad en el arte" y otras sandeces por el estilo, me recuerdan a la Louise Villedieu, una putilla de cinco francos, que me acompañó un día al Louvre, donde nunca había estado. Cuando pasábamos por delante de las estatuas y cuadros inmortales, se ponía colorada, se tapaba el rostro, y me tiraba de la manga, preguntándome cómo se podían exponer al público semejantes barbaridades.
Charles Baudelaire.
El cuadro es Autorretrato, de Christian Schad. Si ampliáis la imagen la chica tiene una cicatriz atravesándole la mejilla absolutamente maravillosa.
A mi, lo que me ha llamado mucho la atención es la camiseta transparente (o lo que sea) que lleva puesta él.
ResponderEliminarlindo blog!
ResponderEliminarsaludos!
La imagen es enigmática, sobre todo las expresiones de ambos, como tan ajenos el uno al otro.
ResponderEliminarEl texto muy bien escogido.
Gracias, Cure, por acercarnos estas joyas, porque son eso, joyas...
ResponderEliminarLa imagen es excepcional, desconocía por completo esta obra de Schad. Me parece cuanto menos, enigmática a la vez que expresiva; la mirada del chico, tras esa camisola verde y dirigida al espectador, trata de ahondar en lo más profundo de nosotros. Ella? elegante.
Precioso!
El texto, una especie de sexto sentido...
Bss
Oye, no conocía este cuadro, ni a su autor y me ha fascinado... menudo retrato... todo lo que dice con una sola imagen. Increíble. Gracias por el descubrimiento...
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