
Precisamente cuando hace solo unos días me decía mi buen amigo piubello que acababa de conocer a la poeta Miriam Reyes resulta que, sin yo decir nada, me dejan un libro suyo.
De verdad que me pasaría la tarde leyéndola a ella, y a Fonollosa, y a Virallonga, y a más.
Mi padre enfermo de sueñosen el asfalto incandescente de cien mil mediodías caminadosbajo el sol en verticalperdió sus piesy apoyado en sus rodillas sigue buscandoel camino de vuelta a casa.Mi padre sueña,rendido por el cansancio,que vuelve a su tierra y planta sus piernas y le crecen pies jóvenesy la savia de su tierra negra le alivia el dolor de las arrugasy resucita sus cabellos muertos.Luego despierta en un piso alquilado a la ciudad de los huracanes de la miseriay blasfema y maldice y no tiene amigos.Escondido en la nochepapá llora por las certezas que lo defraudaron.Del otro lado de su pielmamá llora por mamámamá llora por su casa que ya no habitay por paz y reposo y risa.Miriam Reyes,
Espejo negro.