jueves, 15 de noviembre de 2007

La amada en el ojo del amante

Limítame a tu ojo, amor, y deja que duerma esta noche en córnea ajena. Méceme o tortura tus lágrimas con el dedo, da igual, hoy estoy dispuesta a darte mi alma a cambio de una canción de cuna y un trozo de esclerótica para matar el hambre. Soy la más pobre de las criaturas, solo puedo ofrecer mi cuerpo roto, dócil, ya sabes. No importa cuán humillantes sean tus peticiones, mi cuerpo esá hecho para soportar todas las aberraciones jamás concebidas; me queda tan poco que perder. Así que no tardes, coloca todo lo que necesites, tus complicados aparatos, y pídeme lo que quieras, estoy preparada.

Átame en cruz a la cama -las esposas a tu derecha. Exígeme tormentos líricos y poemas a cuerpo abierto, odas musculares, vértebras de ternura estranguladas, el cartílago donde envolver el desastre. Procura retorcer bien cada palmo de piel estrujando límpidos gritos de carne mía y reproduce exactamente tus fantasías celestes de luz y muerte. Borracho de mis aristas permite que te tatúe con violencia las pupilas.

Porque solo me queda esto, amor, mi cuerpo amoratado que te ama desde lejos entonando en mitad de la noche la desesperación de lo blanco. Déjame siquiera que te ame desde tus ojos; penetrar la carne rota en el deslumbramiento mismo de la luz. Herirte con mis planos y mutilar tu capacidad de buscar belleza, que después de mí solo veas el cielo en la bóveda de mi espalda, las caderas, la nuca dorada. Quiero dolerte, duélete de mi amor y a cambio mutila mi nieve con más frío, la boca y los ojos llenos de frío, el grito congelado.

Te amo y amo la forma de mi cuerpo mancillado por tus ojos. Una y mil veces me prestaré a tu ritual, mis formas llorando la exigencia de tus mandatos. Limítame a ti, a tu forma de ser oscuro, a tu álbum secreto de las disposiciones de mis miembros. Limítame esta noche como si no hubiera más noches, imposible imaginar más noches, más dolor, amor mío, me desborda el amor los límites, mis contornos ya no son míos, del amor y del dolor solo, de tus ojos de titanio y de la habitación oscura donde me darás a luz mañana.

2 comentarios:

rata perezosa dijo...

Tremendo, Cure, tremendo... muy intenso, muy chulo.
Lo de la esclerótica nunca se me había ocurrido, lo malo es que te guste y quieras repetir...

Eva García-Bajo dijo...

... :oX
PRECIOSO