lunes, 19 de marzo de 2007

Dilema? y casualidad


Precisamente cuando hace solo unos días me decía mi buen amigo piubello que acababa de conocer a la poeta Miriam Reyes resulta que, sin yo decir nada, me dejan un libro suyo.

De verdad que me pasaría la tarde leyéndola a ella, y a Fonollosa, y a Virallonga, y a más.

Mi padre enfermo de sueños
en el asfalto incandescente de cien mil mediodías caminados
bajo el sol en vertical
perdió sus pies
y apoyado en sus rodillas sigue buscando
el camino de vuelta a casa.
Mi padre sueña,
rendido por el cansancio,
que vuelve a su tierra y planta sus piernas y le crecen pies jóvenes
y la savia de su tierra negra le alivia el dolor de las arrugas
y resucita sus cabellos muertos.
Luego despierta en un piso alquilado a la ciudad de los huracanes de la miseria
y blasfema y maldice y no tiene amigos.

Escondido en la noche
papá llora por las certezas que lo defraudaron.
Del otro lado de su piel
mamá llora por mamá
mamá llora por su casa que ya no habita
y por paz y reposo y risa.

Miriam Reyes, Espejo negro.

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