domingo, 13 de enero de 2008

Esperad que llegue

Un día como hoy no malgastéis palabras
conmigo.
Porque la voz humana únicamente
es eficaz si encuentra
el cauce de un oído que quiera interpretarla.

Un hombre dice a otro:
- Detente,
y quizá
lo detenga.

Pero yo me pregunto:
¿quién le ordena
al viento apaciguarse?¿Quién puede
decirle al mar que cese en su marea?
¿Quién es capaz de detener un grito
a una piedra que cae desde lo alto?


Amargo como el mar,
y desatado
igual que un huracán e irremdiable
lo mismo que una piedra en su caída:
así es mi corazón.
Luego
dejadme.

Un día como hoy nada es posible,
y si es mi suerte lo que os preocupa
guardad silencio y esperad
que llegue
un nuevo día, con el alma en vilo.

Ángel González, Sin esperanza, con convencimiento.

2 comentarios:

Madame X dijo...

Él pervivirá a través de sus versos... Evocarlos es un poco como no dejarle morir.

... X

MK dijo...

Unánime en la blogosfera. La gente está tendiendo sus poemas como sábanas al sol.
Larga vida a todas esas hermosas palabras tan bién hiladas.